Para poder explicar qué es la “Terapia con cristales” primero
deberemos tener algunos conceptos claros. Como terapeuta trabajo desde hace tiempo
con las Flores de Bach y con los Cristales y he de decir que ambas terapias se
complementan; aunque actúan de una manera similar no aconsejo sustituir la una
por la otra, sino que se utilicen conjuntamente para potenciar los resultados.
De hecho, en cada receta que extiendo con el preparado floral correspondiente,
le acompañan, debajo, los cristales que trabajan con dichas flores. Hace ya,
muchísimos años que trabajo con ambas terapias conjuntas y afirmo, con
rotundidad, de su eficacia es total.
La Terapia con Cristales es una medicina “holística”. El concepto holística (del griego "holos"= total) de salud, enfermedad y curación, emana de la perfecta unidad de toda vida y de la absoluta singularidad de todos los sistemas existentes en ella. Por tanto, debemos entender que una terapia holística se ocupa del enfermo y no de la enfermedad, tal como definió el Dr.Edward Bach en el siglo XX y tal como ya había dicho Ibn Sina en el siglo XI (padre de la medicina moderna). Englobamos la dolencia dentro de un todo, ese todo que es el enfermo; sus sentimientos más profundos que se manifiestan en una enfermedad concreta. Es trabajo del terapeuta encontrar ese estado del alma con mala vibración y armonizarla con los elementos adecuados. En el caso de la Terapia con Cristales, somos nosotros los terapeutas, los encargados de dilucidar qué cristal necesita el paciente en cada fase de su andadura hacia la curación.
Una Terapia con Cristales necesita de la participación del enfermo. Nuestra mente es mucho más poderosa de lo que podemos llegar a imaginarnos. Una actitud positiva ante cualquier dolencia nos facilita una mayor rapidez en la curación. No estoy diciendo con esto que los Cristales sean la panacea y obren milagros, no. Solamente resalto la importancia de enfrentarse ante la enfermedad con una actitud positivista y no encararnos, ya de entrada siendo derrotistas. Cuando te adentras en el mundo holístico tu visión global cambia, se expande hacia lo más profundo. Ves como todo está conectado y entiendes que una molestia en el hombro puede aparecer porque en tu hígado o vesícula tengas piedras y éstas a su vez se hayan formado porque has tenido un disgusto mayúsculo, que no has sabido procesar en tu interior.
Debemos hablar, hablar mucho con el paciente y observarle. Muchas veces nos cuentan más cosas sus gestos, su pose, su actitud o las palabras que elige que lo que nos está contando verbalmente. Por eso es importante que un terapeuta holístico haya desarrollado no sólo el arte del diálogo sino que también debe saber dilucidar cualquier signo del lenguaje no verbal. También es un punto a favor que el sanador posea intuición y haya aprendido a fiarse de ella.
La Terapia con Cristales no es llevar una pulsera, un colgante o un anillo con la piedra que más llame tu atención. Eso es otra cosa; eso es llevar talismanes o amuletos, los primeros para protegernos de algo (malas vibraciones, por ejemplo) y los segundos para atraer (confianza en un mismo, pongamos por caso). ¿Son útiles?: Si. ¿Sirven para atajar el problema de raíz? : No.
En una terapia el paciente debe trabajar con la piedra adecuada puesta en el lugar adecuado durante la sesión y luego seguir en su casa unos ejercicios dictados por el terapeuta. Puedes rodearte de cristales, poner amatistas en tu lugar de trabajo, una selenita en la mesilla de tu habitación o llevar una turmalina negra colgada del cuello. Todas te ayudarán, por supuesto: la amatista creará un ambiente de paz, la selenita ayudará a conciliar el sueño y la turmalina negra te protegerá de las malas vibraciones pero esto no es una terapia con cristales. El que tu no puedas dormir y la Selenita te eche una mano no quiere decir que la Selenita te cure el insomnio; en esta caso es como si te tomaras una pastilla para conciliar el sueño pero sin ejercer ninguna influencia en la verdadera razón por la que te cuesta caer en brazos de Morfeo.
¿Entendéis la diferencia?
Y como tanto con las Flores de Bach como con los cristales trabajamos a nivel vibracional no podía dejar de incorporar al "dueto mágico" una tercera herramienta para completar el círculo perfecto de la sanación : el Reiki. Con él multiplicamos la potencia de los cristales y de las flores al tiempo que le estamos dando al paciente una ola de cariñoso confort. He comprobado que si utilizas el Reiki, la reacción a la apertura de chakras no es tan abrumadora. En ocasiones se presentan vómitos, dolores y mareos que se ven muy aminorados con la utilización del Reiki.
Yo soy la primera que lleva un Citrino colgado del cuello porque me gusta y me reconforta. Lo noto y lo se. Pero también se que si quiero, de verdad, trabajar con él debo ponérmelo en el Plexo Solar y dejar que mi mente arrastre todo mi ser hacia el interior del Citrino y unirme a él.
Cuando logras esa comunión mágica con los Cristales lo notas y desde que llegas a ese punto sabes que no hay vuelta atrás. Ellos te hablan, te cuidan, te acompañan por ese sendero espiritual que todos buscamos. Los Cristales ya forman parte de mí como un brazo o una pierna.
El Universo ha sido generoso conmigo pero yo he trabajo mucho para que así sea.
La Terapia con Cristales es una medicina “holística”. El concepto holística (del griego "holos"= total) de salud, enfermedad y curación, emana de la perfecta unidad de toda vida y de la absoluta singularidad de todos los sistemas existentes en ella. Por tanto, debemos entender que una terapia holística se ocupa del enfermo y no de la enfermedad, tal como definió el Dr.Edward Bach en el siglo XX y tal como ya había dicho Ibn Sina en el siglo XI (padre de la medicina moderna). Englobamos la dolencia dentro de un todo, ese todo que es el enfermo; sus sentimientos más profundos que se manifiestan en una enfermedad concreta. Es trabajo del terapeuta encontrar ese estado del alma con mala vibración y armonizarla con los elementos adecuados. En el caso de la Terapia con Cristales, somos nosotros los terapeutas, los encargados de dilucidar qué cristal necesita el paciente en cada fase de su andadura hacia la curación.
Una Terapia con Cristales necesita de la participación del enfermo. Nuestra mente es mucho más poderosa de lo que podemos llegar a imaginarnos. Una actitud positiva ante cualquier dolencia nos facilita una mayor rapidez en la curación. No estoy diciendo con esto que los Cristales sean la panacea y obren milagros, no. Solamente resalto la importancia de enfrentarse ante la enfermedad con una actitud positivista y no encararnos, ya de entrada siendo derrotistas. Cuando te adentras en el mundo holístico tu visión global cambia, se expande hacia lo más profundo. Ves como todo está conectado y entiendes que una molestia en el hombro puede aparecer porque en tu hígado o vesícula tengas piedras y éstas a su vez se hayan formado porque has tenido un disgusto mayúsculo, que no has sabido procesar en tu interior.
Debemos hablar, hablar mucho con el paciente y observarle. Muchas veces nos cuentan más cosas sus gestos, su pose, su actitud o las palabras que elige que lo que nos está contando verbalmente. Por eso es importante que un terapeuta holístico haya desarrollado no sólo el arte del diálogo sino que también debe saber dilucidar cualquier signo del lenguaje no verbal. También es un punto a favor que el sanador posea intuición y haya aprendido a fiarse de ella.
La Terapia con Cristales no es llevar una pulsera, un colgante o un anillo con la piedra que más llame tu atención. Eso es otra cosa; eso es llevar talismanes o amuletos, los primeros para protegernos de algo (malas vibraciones, por ejemplo) y los segundos para atraer (confianza en un mismo, pongamos por caso). ¿Son útiles?: Si. ¿Sirven para atajar el problema de raíz? : No.
En una terapia el paciente debe trabajar con la piedra adecuada puesta en el lugar adecuado durante la sesión y luego seguir en su casa unos ejercicios dictados por el terapeuta. Puedes rodearte de cristales, poner amatistas en tu lugar de trabajo, una selenita en la mesilla de tu habitación o llevar una turmalina negra colgada del cuello. Todas te ayudarán, por supuesto: la amatista creará un ambiente de paz, la selenita ayudará a conciliar el sueño y la turmalina negra te protegerá de las malas vibraciones pero esto no es una terapia con cristales. El que tu no puedas dormir y la Selenita te eche una mano no quiere decir que la Selenita te cure el insomnio; en esta caso es como si te tomaras una pastilla para conciliar el sueño pero sin ejercer ninguna influencia en la verdadera razón por la que te cuesta caer en brazos de Morfeo.
¿Entendéis la diferencia?
Y como tanto con las Flores de Bach como con los cristales trabajamos a nivel vibracional no podía dejar de incorporar al "dueto mágico" una tercera herramienta para completar el círculo perfecto de la sanación : el Reiki. Con él multiplicamos la potencia de los cristales y de las flores al tiempo que le estamos dando al paciente una ola de cariñoso confort. He comprobado que si utilizas el Reiki, la reacción a la apertura de chakras no es tan abrumadora. En ocasiones se presentan vómitos, dolores y mareos que se ven muy aminorados con la utilización del Reiki.
Yo soy la primera que lleva un Citrino colgado del cuello porque me gusta y me reconforta. Lo noto y lo se. Pero también se que si quiero, de verdad, trabajar con él debo ponérmelo en el Plexo Solar y dejar que mi mente arrastre todo mi ser hacia el interior del Citrino y unirme a él.
Cuando logras esa comunión mágica con los Cristales lo notas y desde que llegas a ese punto sabes que no hay vuelta atrás. Ellos te hablan, te cuidan, te acompañan por ese sendero espiritual que todos buscamos. Los Cristales ya forman parte de mí como un brazo o una pierna.
El Universo ha sido generoso conmigo pero yo he trabajo mucho para que así sea.