Se acerca el invierno

 Astronómicamente entrará el 22 de diciembre ( Hemisferio Norte) y al final de ese mismo mes despediremos el año 2011 y recibiremos entre fiestas, uvas y lentejas el tan comentado 2012. Desde que salieron a la luz las traducciones de las Profecías Mayas se han llenado millones de páginas hablando del fin del mundo. Este final catastrófico que se había anunciado en un principio, ha ido evolucionando y ahora  lo encontramos  transformado en un cambio de era… la tan comentada Era de Acuario.

Si miramos y sobretodo, sentimos, a nuestro mundo es evidente que está pidiendo a gritos un punto final. La sociedad y su actitud nos han llevado a la crítica situación en la que nos encontramos. El planeta no puede sostener el ritmo de destrucción masiva al que le tenemos sometido desde finales del siglo XIX. Un mundo en que cada vez las diferencias de vida son más notorias y escandalosas; el dinero se mueve a raudales por los mismos cauces  habituales desde hace años y donde por unas pésimas decisiones, usureras y miserables, han convertido mucho mas ricos a los ricos y han empobrecido a la clase media, que lucha por su supervivencia. Y, sobre todo, han aumentado el nivel de pobreza extrema mundial.

Un mundo en donde se han orquestado guerras a conveniencia retransmitidas en directo por televisión, donde la información manipulada reina a sus anchas, donde se nos lobotomiza  desde los Mass Media sin ningún pudor; la ética y la moral lógica (no hablo de la moral religiosa) han desaparecido de todos los estamentos sociales con las consiguientes consecuencias sobre la conducta humana. Un mundo donde se enseña a no pensar ni a cuestionarse nada; así es mucho más fácil manipular a la masa.  Esta  masa, por definición, es tonta y maleable hasta el extremo si se la tiene entretenida con tonterías golosas, así se le impide que vea la realidad.

Respeto. Y sólo se llega a él, a través del conocimiento. El saber que existen una serie de normas no escritas para la convivencia planetaria. Respeto por la vida ajena, sea cual sea y en la forma que sea. Nos urge un cambio drástico en el planteamiento vital; con ese cambio llegará de la mano una nueva manera de tratar a los seres vivos y por ende, a nosotros mismos. Quizá y digo solo, quizá, sea ese el mensaje encriptado de las Profecías Mayas o el anuncio más claro de la Era de Acuario. A lo mejor las profecías no nos hablan de una destrucción del mundo en el sentido etimológico de la palabra. Quiero creer que la tan manida “destrucción” sea una metáfora que se refiera a ese  cambio existencial al que se debe someter toda la raza humana.

Así lo veo y lo siento. Vivimos en un mundo que ha sido un regalo de las estrellas. Con las explosiones de las supernovas en el cosmos, con los gases y metales pesados y el colapso de material estelar  pueden surgir nuevos planetas, nuevos soles y nuevas galaxias, siempre que se den las extraordinarias circunstancias en la que la física y la química se ponen de acuerdo para formar cuerpos celestes. El universo sigue desarrollándose a su ritmo, mientras en el diminuto planeta azul de la Vía Láctea sus habitantes se empeñan en destruir la maravillosa casa en la que habitan.

explosión de supernova

Lecturas recomendadas para ampliar la perspectiva:

*La gran guerra por la civilización. Robert Fisk. Edit. Destino. Colección Imago Mundi

* Ética Nicomáquea. Aristóteles. Edit. Santillana

*El Universo Elegante. Brian Greene. Edit.Planeta. Colección Drakontos

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