RITUAL
Material:
1 vela blanca
fresas liofilizadas (o frescas)
aceite para ungir la vela
1 mortero
-Lo primero de todo será machacar en el mortero las fresas liofilizadas hasta convertirlas en un polvo fino.
- Mezclaremos un poco de este polvo con el aceite de ungir la vela y procedremos a vestirla. El polvo sobrante lo guardamos para el final del Ritual
-Montaremos nuestro Altar como de costumbre y situaremos la vela de fresas en el centro y situaremos el polvo que nos ha quedado cerca de la misma.
-Llamaremos a la Luna para que cargue nuestra vela con su energía y que ésta energía pase a los polvos de fresa.
- Meditaremos y visualizaremos como se carga todo con la energía de la Luna.
-Dejaremos que se extinga la vela y cuando esto haya ocurrido, procederemos a pasar por el polvo de fresas el objeto que mejor represente el deseo que queremos potenciar. Si no tenéis objeto, podéis escribirlo en un papel y pasar éste por los polvos.( Si habéis utilizado las fresas frescas, es mejor escribirlo en un papel y luego quemarlo, haciendo incapié en que selláis la petición con el fuego.
- Agradecemos, despedimos y cerramos el Círculo.
* Luna llena de Junio: martes 2, a las 18:19.
MEDITACIÓN DE AGARTAM PARA LA LUNA LLENA DE JUNIO, PROPÓSITO : LA BONDAD
Vivimos ya inmersos en la frecuencia de unidad, la energía que mueve la Nueva Tierra.
Sumergidos en ella, como un embrión que crece y se desarrolla lentamente.
Sumergidos en ella, como un embrión que crece y se desarrolla lentamente.
Al igual que sucede con el embrión humano, durante el segundo mes de gestación, nos estamos adaptando a una nueva realidad, mientras se desarrollan las capacidades que tendremos al nacer.
Este nuevo ser humano, que crece en el vientre de la Tierra alimentado por la frecuencia de unidad, empieza a generar nuevas células, el principio de sus órganos futuros.
La primera de esas células es la bondad, que empieza a abrirse camino lentamente y nos enseña su gran poder transformador.
Impulsos de bondad surgen de nosotros de vez en cuando, y nos admiramos de la belleza que somos capaces de crear con ella. Al responder a otro con bondad, no sólo sentimos paz, sino también alegría. Gozan nuestras almas al poder manifestar una de sus grandes cualidades, y esa energía de alta vibración que generamos se ancla en nuestro cuerpo físico, ayudándolo a adaptarse a la nueva vibración de la Tierra.
Además, al responder a otro con bondad, le ayudamos a vibrar más alto y generamos una onda expansiva en el mundo. Influimos de manera positiva en todo lo que nos rodea, colaborando así en la adaptación a la nueva frecuencia de unidad.
Somos seres bondadosos en esencia pero, a menudo, nos olvidamos de mostrar esa hermosa cualidad a los demás. La fuerza que posee la bondad es infinita, porque abre corazones y ayuda a recordar.
Cuando el corazón se abre, la persona conecta con la Luz, con el amor que lleva dentro, y entonces le resulta más fácil darse cuenta de la inutilidad de sus pensamientos de derrota, juicio o dolor. Porque recuerda o descubre que la verdad está en el alma y que esa verdad lo transforma todo en amor.
Para que se produzca la unidad en el mundo es necesario recuperarla, primero, en uno mismo. Al ayudar a otros a abrir el corazón con actos de bondad, les ayudamos también a recuperar la unidad interna. El efecto de un acto de bondad es inmediato: genera calma, alivia, despierta una sonrisa, cambia la perspectiva, conecta con el corazón. ¡Y todo eso en una simple acción!
Esta noche vamos a generar actos de bondad en nuestro interior, para adquirir el compromiso de realizarlos de verdad en nuestras vidas y sembrar así su energía por el mundo.
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