Por gentileza de Agartam
PROPÓSITO
LA PROSPERIDAD
CICLO: LOS VALORES DE LA UNIDAD
En
colaboración con la Red de Valores, con la Red de Ho’oponopono
y con
la Red de Biodanza de Agartam.
Asistimos
como protagonistas a un gran cambio evolutivo sobre la Tierra. El ser humano, en unidad con el planeta, está experimentando una
transformación magnífica. El proceso que se inició el 21 de diciembre de 2012,
con el fin de la vieja era, hoy avanza con gran fuerza, para conducirnos a
todos hacia una nueva forma de vivir la vida. La fuerza motriz que dirige este
proceso nos está ayudando a abrir el corazón, para volver a sentir plenamente todos
los matices de la vida. También, para escuchar al alma y poder guiar, desde
ella, nuestras vidas.
La realidad dual se va convirtiendo, poco a poco, en otra cosa; algo
nuevo y diferente, nunca experimentado por los seres
que habitan en este planeta. Una nueva frecuencia nos envuelve y nosotros vamos
adaptándonos a ella.
A veces son necesarios procesos dolorosos para que el corazón se abra y
la mente se rinda a la verdad del alma. A la mente le cuesta abandonar lo
conocido, pero se da cuenta de que su reinado acabó y de que, ahora, debe
colaborar con el alma. De lo contrario, la realidad de
la persona se oscurece tanto que a ésta no le queda más remedio que buscar otra
salida, otra opción, otra manera de actuar, de responder y de pensar. El
pensamiento está cobrando una fuerza inaudita. Nunca antes fue tan fácil
materializar lo que se piensa.
En toda esta vorágine innovadora, nos vamos dando cuenta de que somos
capaces de atraer a nuestras vidas todo lo que necesitamos para disfrutar de
ella: la salud, la alegría, las relaciones gratas, los recursos económicos que
nos permitirán llevar a cabo nuestro plan de vida…
La
prosperidad acompaña al avance evolutivo. Si nos
subimos a la ola de cambio, que ondea ya sobre toda la Tierra, y nos permitimos
fluir con ella, surfear en ella, permitiendo que transforme nuestras vidas, descubriremos
que todo se vuelve fácil y grato, y que la prosperidad inunda nuestras
realidades marchitas. Las inunda para demostrarnos que el nuevo rumbo es el
amor y que ya no se logra con la lucha aquello que antes se lograba.
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