La luz que nos guía |
Eso si, recordé con nostalgia tiempos pretéritos cuando a altas horas de la madrugada, escuchaba programas "esotéricos" (entonces se llamaban así), en los que se podía oír a una tarotista, un astrólogo, un investigador de ovnis o un estudioso de las lineas de Nazca. Durante los años 80 y principios de los 90 se hicieron verdaderas maravillas en la radio española; recuerdo que tenía problemas para elegir qué emisora escuchar porque los temas tratados y sobretodo, los invitados, eran de verdadero lujo. Estoy convencida de que todas aquellas personas formaron una parte importante de mi base mental y que influyeron a ser como soy.
Hace mucho tiempo que esa enseñanza gratuita terminó. Eran otros años y la sociedad, en general, bailaba con otra música; eran tiempos de compartir lo que sabían o averiguaban y lo hacían con ganas y de una forma altruista.
Hago esta reflexión porque el vídeo que he visto me ha parecido una muy buena acción de marketing, pero nada más. Lo que me duele es que, en el duro momento en que vivimos, hay muchas personas intentando "agarrarse" a algo que les salve de su mal estar espiritual, y es, por desgracia, un muy buen instante para los charlatanes con pico de oro, que se aprovechan de la buena fe ajena. Yo desconfío de los que te cuentan la "verdad divina" a cambio de un dineral por el seminario, estancia, cursillo o iniciación. Entiendo que una persona debe cobrar por su trabajo, pero sin pasarse y sobretodo si hablamos de temas espirituales. Si has decidido dedicar tu vida a ayudar a los demás, evidentemente de algo tienes que comer, pero no hace falta alimentarse de caviar todos los días.
He visto pasar por este mundo espiritual a muchas personas. Unas ya no están en este planeta, otras se han pasado al lado oscuro del "mercadeo", algunos se han transformado en otras personas muy misteriosas y encriptadas. Supongo que todo ello forma parte de mi camino, pero se mire por donde se mire, todas ellas han formado parte de mi vida y de mi crecimiento.
Desde esta minúscula tribuna en el universo quiero dar las gracias a todos ellos, con una mención especial y en mayúsculas a Andreas Faber Kaiser. Estés donde estés espero que te llegue este mensaje: Siempre estás presente en mi pensamiento y algún día se sabrá la verdad; después de 18 años he oído a alguno contar, tímidamente, lo que pasó.
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