Os dejo, como siempre, la meditación de Agartam para esta luna llena.
PROPÓSITO
EL RESPETO
Hoy nos ocuparemos de generar en nosotros mismos la energía del respeto a
los demás. A sus actos, a sus palabras, a sus decisiones, sean cuales sean e,
incluso, aunque nos afecten. Continuamos dentro del ciclo de meditaciones que
fomentan la integración.
El respeto es
un paso fundamental y necesario si queremos evolucionar al ritmo que avanza la nueva energía. Para dejar paso al amor, primero
debemos permitir que el otro sea quien ha decidido ser, sin juzgarlo ni
condenarlo por sus actos y sin emitir negatividad hacia él. Porque esa
negatividad no sólo acrecienta el conflicto sino que además nos aparta de la
voz del corazón, que nos pide un cambio de enfoque, una nueva perspectiva de lo
que nos sucede, para que nos alejemos del rencor y de la lucha y podamos por
fin emitir la vibración del amor en el mundo.
Para fomentar el respeto en nuestras vidas, cuando alguien dice o hace algo
que nos daña, pueden ayudarnos los siguientes pasos a seguir:
Evitar reaccionar al momento.
Respirar para expulsar la emoción que se ha generado en mí, para calmarme.
Conectar con el corazón antes de hablar. El alma es una fuente de amor inagotable y ésa es la
energía que debo proyectar cuando hable.
Vencer el temor a mostrarse
vulnerable y hacer lo que el alma sugiere, aunque sea
arriesgado, aunque el pasado me haya demostrado que al abrir el corazón pueden
hacerme daño. Si dejo que el miedo me aconseje, nunca avanzaré.
Estos pasos representan una dinámica
que tendrá que repetirse varias veces, una serie de actos encadenados que
desencadenarán en la rendición del otro, sobre todo cuando éste último se
empeña en continuar atacando o comportándose de un modo invasivo. Si deseo que
su comportamiento deje de afectarme tendré que proyectar amor de manera sostenida. La densidad que el otro emite
hacia mí remitirá, si lo que encuentra siempre como respuesta es amor.
Es verdad que esta dinámica requiere una gran templanza, un esfuerzo
sostenido, un compromiso con uno mismo en el que la perseverancia sea un
ingrediente imprescindible. Debo
perseverar aunque las cosas no salgan como quiero a la primera, ni a la
segunda, ni tal vez a la tercera. Me
ayudará muchísimo mantener una vibración
elevada durante todo el proceso: meditar, canalizar, usar técnicas de
relajación o cualquier práctica que fomente mi equilibrio interior.
Es como si nos encontrásemos al pie de una montaña muy alta, decididos a
subir, y nos aprovisionáramos de las herramientas y el material necesarios para
afrontar la escalada: unas buenas botas, cuerdas, anclajes… Instrumentos que
nos ayudarán a no caer en los tramos difíciles o a mantener el equilibrio.
Al principio nos abruma la distancia y la intensidad de la pendiente, pero
sabemos que llegaremos a la cima dando
un paso cada vez y confiando en que somos capaces de hacerlo. Confiamos en
nuestro valor, en nuestra capacidad de adaptación, en nuestro cuerpo físico y
en la efectividad del material que usamos para apoyar la escalada.
Así, antes de afrontar el gran reto de respetar al que me hiere, debo
armarme de valor y confianza, aprovisionarme de herramientas eficaces que me
garanticen el equilibrio interior durante todo el trayecto y emprender la
escalada recordando que no debo flaquear, que debo seguir avanzando a pesar de
los inconvenientes o de la dificultad y que mi meta es la cima, porque allí se
encuentra la paz, la liberación y el propósito que siempre he estado anhelando.
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