Olvidaros de nombres, de maestros, de gurús, de chamanes, de
brujos, de charlatanes y de visionarios. Dejad vuestra mente en blanco y
escuchad al espíritu, al universo, a tu YO.
Utilizad toda la información caótica que tenéis y ordenarla. Cada cosa en su sitio. La mente en un gran armario; poned cajones por temas y sobretodo, ir definiendo las prioridades. No pasa nada si el orden no llega al primer intento, habréis empezado y eso es un gran paso.
Silencio y conexión. Llegará una señal. Cuando lo tengas todo en orden, abre un cajón y empieza a dudar de todo, cuestiónatelo todo, bucea en el conocimiento, busca y compara con las demás informaciones que tengas y quédate con la que mas te suba la vibración. Esa es la buena, sin ninguna referencia, sin ningún nombre, sin nada más que tú y tu sentir/ intuición.
Eso es “discernir” ejercicio fundamental para llegar a la esencia de cualquier cosa. Es alquimia mental, despojarse de capas hasta llegar a lo puro… a la mente filosofal. Sin filosofía, sin el “arte de saber pensar” no somos nada. Combinar conocimientos e intuición nos hace únicos y sólo siendo únicos podemos tocar con la punta de los dedos la puerta del universo. Y cuando estás delante de esa puerta siendo único, sólo depende de ti , decidir cruzarla.
En ese estado, encontrarás todo lo que buscas. Poco a poco, despacito pero sin pausa, te vendrá solo o acompañado, pero llegará. Serás como una estrella acabada de nacer con un magnetismo tal que atraerás a otras estrellas y juntas formareis una galaxia. Entonces esta galaxia encontrará otras galaxias y formarán el universo. Ese Universo que es el TODO.
El Todo y la Nada…
Cuando pensamos en el TODO, cada individuo tiene una imagen distinta, pero lo que si es común es que la foto mental está llena, llena de algo. Cuando, en cambio pensamos en la NADA podemos utilizar la misma imagen pero está vez está, vacía. Pero la misma acción de imaginarte la nada ya es imaginarse algo, por lo tanto somos realmente incapaces de visualizar la NADA pura. Nos dicen: “pon la mente en blanco” cuando nos están diciendo en realidad que no pienses en nada, y automáticamente visualizamos el color blanco; el blanco ya es algo, algo plano, sin dimensiones, pero algo. Y lo mismo pasa cuando nos piden que visualicemos la nada, normalmente llenas tu cabeza de negro porque identificamos ese color con el sin color, con la oscuridad…con la nada. Pero quien nos ha dicho que la nada es negra?. Nadie, sencillamente es una herencia cultural occidental. Identificamos el negro con lo oscuro, con lo misterioso, con lo underground, con la ausencia de luz, con la muerte…
El Todo, la Nada, Dios… son conceptos metafísicos, y de momento nuestras mentes no están diseñadas para ver lo que no tiene forma, ni dimensión, ni volumen, lo abstracto. Lo abstracto lo imaginamos con parámetros mentales que tomamos prestados de conceptos inherentes enterrados en nuestra mente.
Pero tenemos la capacidad de sentir, notar, percibir las vibraciones. Todo vibra, todo rezuma energía vital. Para ser receptor de esta vibración debes estar limpio, con la mente en la nada y en el todo, en ese limbo mental que sólo alcanzarás deshaciéndote de lo que no te deja ver el infinito, ese infinito que a cada paso, se alarga más y más.
PD: duda de todo lo que acabas de leer...
©Tilia Picard
Utilizad toda la información caótica que tenéis y ordenarla. Cada cosa en su sitio. La mente en un gran armario; poned cajones por temas y sobretodo, ir definiendo las prioridades. No pasa nada si el orden no llega al primer intento, habréis empezado y eso es un gran paso.
Silencio y conexión. Llegará una señal. Cuando lo tengas todo en orden, abre un cajón y empieza a dudar de todo, cuestiónatelo todo, bucea en el conocimiento, busca y compara con las demás informaciones que tengas y quédate con la que mas te suba la vibración. Esa es la buena, sin ninguna referencia, sin ningún nombre, sin nada más que tú y tu sentir/ intuición.
Eso es “discernir” ejercicio fundamental para llegar a la esencia de cualquier cosa. Es alquimia mental, despojarse de capas hasta llegar a lo puro… a la mente filosofal. Sin filosofía, sin el “arte de saber pensar” no somos nada. Combinar conocimientos e intuición nos hace únicos y sólo siendo únicos podemos tocar con la punta de los dedos la puerta del universo. Y cuando estás delante de esa puerta siendo único, sólo depende de ti , decidir cruzarla.
En ese estado, encontrarás todo lo que buscas. Poco a poco, despacito pero sin pausa, te vendrá solo o acompañado, pero llegará. Serás como una estrella acabada de nacer con un magnetismo tal que atraerás a otras estrellas y juntas formareis una galaxia. Entonces esta galaxia encontrará otras galaxias y formarán el universo. Ese Universo que es el TODO.
El Todo y la Nada…
Cuando pensamos en el TODO, cada individuo tiene una imagen distinta, pero lo que si es común es que la foto mental está llena, llena de algo. Cuando, en cambio pensamos en la NADA podemos utilizar la misma imagen pero está vez está, vacía. Pero la misma acción de imaginarte la nada ya es imaginarse algo, por lo tanto somos realmente incapaces de visualizar la NADA pura. Nos dicen: “pon la mente en blanco” cuando nos están diciendo en realidad que no pienses en nada, y automáticamente visualizamos el color blanco; el blanco ya es algo, algo plano, sin dimensiones, pero algo. Y lo mismo pasa cuando nos piden que visualicemos la nada, normalmente llenas tu cabeza de negro porque identificamos ese color con el sin color, con la oscuridad…con la nada. Pero quien nos ha dicho que la nada es negra?. Nadie, sencillamente es una herencia cultural occidental. Identificamos el negro con lo oscuro, con lo misterioso, con lo underground, con la ausencia de luz, con la muerte…
El Todo, la Nada, Dios… son conceptos metafísicos, y de momento nuestras mentes no están diseñadas para ver lo que no tiene forma, ni dimensión, ni volumen, lo abstracto. Lo abstracto lo imaginamos con parámetros mentales que tomamos prestados de conceptos inherentes enterrados en nuestra mente.
Pero tenemos la capacidad de sentir, notar, percibir las vibraciones. Todo vibra, todo rezuma energía vital. Para ser receptor de esta vibración debes estar limpio, con la mente en la nada y en el todo, en ese limbo mental que sólo alcanzarás deshaciéndote de lo que no te deja ver el infinito, ese infinito que a cada paso, se alarga más y más.
PD: duda de todo lo que acabas de leer...
©Tilia Picard
Imprimir artículo
No hay comentarios :
Publicar un comentario